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Investigación. Cataluña

La figura de la Virgen de Montserrat participa de un imaginario constituido por numerosas leyendas, mitos, resignificaciones (y subversiones), usos y creencias. El mundo místico y folclórico que ha rodeado el icono de La Moreneta hace que su imagen haya traspasado los límites de un culto puramente católico entorno a la advocación mariana, y se haya convertido en un símbolo patrimonial de la cultura popular y oficial catalana, estrechamente vinculada a la historia de sus migraciones y de sus resistencias. Los mitos locales acerca de su hallazgo en el s. IX, o leyendas como la del Cavall Bernat o del Timbaler del Bruc, entre otras, le otorgaron una atribución social protectora que concluyó con su entronización como Patrona de Cataluña en el año 1881.

De manera paralela a lo largo de este siglo se produjeron numerosas migraciones catalanas hacia América Latina, principalmente en la zona del Caribe-Antillas y del Río de la Plata (Buenos Aires-Montevideo). Hacia finales de la década de los 70 también comenzó un nuevo flujo migratorio radicalmente diferente, principalmente de misioneros claretianos de las comarcas centrales hacia los territorios recientemente administrados de la Guinea Española. La llegada del S. XX diversificó aún más los usos y leyendas alrededor la virgen de Montserrat. Aparecieron réplicas en otras comarcas y nuevos lugares de culto, así como mitos inéditos –como el de la búsqueda del Santo Grial por el III Reich–. En momentos de conflicto, tales como los estallidos revolucionarios de la Semana Trágica y de la propia Guerra Civil, la imagen fue protegida o destruida. Posteriormente, en el mundo del fútbol la imagen ha sido sacralizada y sectores de la izquierda independentista han hecho un uso subversivo y casi iconoclasta de ella.

Con la globalización y la llegada del turismo masivo de las últimas décadas se ha transformado también el uso de la imagen de la virgen negra y de su espacio sagrado. Ambos se encuentran ahora parcialmente mercantilizados y explotados con fines lucrativos, un hecho que deja la puerta abierta a nuevas construcciones de lo local en el mundo global, con reproducciones a gran escala más allá del significado patrimonial del ámbito catalán.